Las personas que sufren un dolor crónico lo saben: nunca nos libramos de este dolor. Siempre está presente y afecta a nuestra vida diaria y a nuestro estado anímico. Según Vademecum, un 16,9% de la población española adulta tiene el dolor crónico como principal causa de incapacidad.
Sin embargo, la fisioterapia, la osteopatía y el ejercicio podrían ser una posible solución frente a este problema tan común. Hay muchas razones que pueden influir para que un dolor se cronifique, y no podemos dejar de lado el uso de medicamentos para el tratamiento del dolor crónico. En este artículo haremos un repaso del dolor crónico y intentaremos ayudar a mejorar vuestra calidad de vida.
¿Cuándo se considera a un dolor como “crónico”?
“La respuesta dolorosa producida por estímulos nocivos es un mecanismo protector fisiológico clave que advierte de una lesión tisular inminente, e incluye reflejos motores y autónomos, además de la sensación desagradable que llamamos dolor”. – Woolf C. 2007.
El dolor se fabrica en el cerebro. Se trata de un mecanismo para alertar que alguna parte de tu cuerpo no está funcionando correctamente y que debemos dotarle de una respuesta. El dolor se traslada por el sistema nervioso autónomo hasta llegar a la corteza cerebral.
Una vez definido el dolor, los profesionales médicos definen que si el dolor persiste durante 3 meses o más; el dolor es crónico. Los dolores crónicos producen cambios en el sistema nervioso y los mecanismos reguladores del dolor. Por ejemplo: el dolor que teníamos hace 3 meses cambia o se traslada a zonas adyacentes que no nos dolían. El cambio real se produce en la corteza cerebral, en las áreas responsables del dolor.
El dolor crónico por agresión externa sería una caída, por ejemplo. El dolor persiste hasta que se cura la parte afectada. Sin embargo, algunos factores pueden hacer que se cronifique. Entre esas razones podemos encontrar elementos externos como forzar demasiado la zona lesionada, o internos, más relacionados con la actitud con la que nos enfrentamos al dolor.
El dolor puede generarnos ansiedad, miedo, que va en augmento a medida que el dolor se cronifica y no disminuye. En este caso es indispensable el tratamiento psicológico, el cual seguramente vendrá acompañado de fisioterapia y actividad física.
Ejercicio como método para aliviar el dolor crónico
¿Por qué es aconsejable el ejercicio físico para aliviar el dolor crónico?
Los medicamentos asociados para aliviar el dolor crónico son fármacos que actúan sobre mecanismos del dolor muy concretos: bloqueando canales, inhibiendo la liberación de ciertas citoquinas y activando canales iónicos concretos que pueden producir sensación de fatiga. Sin embargo, está demostrado que no actúan en todos los mecanismos patobiológicos ni el resto de los factores que intervienen en lo que entendemos como “experimentar dolor”.
No estamos diciendo que los fármacos no sean efectivos, o que no se deban usar, si no, que no dan una respuesta completa. Aquí es donde entra el ejercicio. Debemos actuar sobre todos los factores para dar una respuesta al dolor crónico.
El ejercicio reduce la actividad de los aferentes sensitivos, aumenta la cantidad de sustancia antihiperalgésicas endógenas (activando el DNIC) lo que hace disminuir la excitabilidad central y promueve la curación de los tejidos. En este sentido, el ejercicio actúa sobre los mecanismos patobiológicos que producen el dolor crónico, pero no solo eso.
El ejercicio aumenta la serotonina, una sustancia química que nos produce bienestar, lo que nos hará sentirnos mejor psicológicamente y mejorar la actitud con la que nos enfrentamos al dolor crónico. Disminuyendo el estado de ansiedad y depresión.
En el Centro Oreka Mataró haremos un análisis de tu dolor crónico y te ayudaremos a establecer rutinas de ejercicio físico adaptadas a tu medida. Vinculando todo esto con la fisioterapia y la osteopatía, favoreciendo la acción motora, notarás los resultados. Contáctanos para más información.