Entrevistamos a Patricia Ortega, dietista-nutricionista en Oreka. Se graduó en este ámbito en la Universidad de Valencia y desde entonces lleva más de 7 años trabajando en consultas, ayudando a sus pacientes a mejorar su alimentación y a conseguir sus objetivos.
Patricia es especialista en alimentación vegetariana y vegana, aunque nos aclara que, también ayuda a personas con una alimentación omnívora. Además de ayudar a sus pacientes en las consultas también ofrece divulgación y recetas a través de sus redes sociales.
En esta ocasión nos gustaría hablar con ella sobre las copiosas comidas de Navidad, los efectos que generan en nuestra salud y qué podemos hacer para sobrevivir a estas fechas si tenemos el objetivo de mantener nuestro peso estable.
- Entendemos que los días en que vamos a comer con nuestra familia o amigos en Navidad u otras fiestas es difícil mantener una dieta adecuada. Sin embargo, entre comilona y comilona, ¿qué alimentos son más recomendables para comer?
- En comidas o cenas, sociales o familiares, se puede disfrutar sin problema de aquellas preparaciones que sean más de nuestro gusto. Lo importante siempre es el conjunto de nuestra alimentación.
Ya no tanto con el objetivo de compensar esa “comilona”, lo recomendable sería que, en la toma previa o en la siguiente, sigamos con nuestros hábitos alimentarios: tres raciones de frutas al día, buena hidratación a base de agua o incluir en la otra comida principal una buena ración de verduras son algunas de las claves.
- Muchas veces cuando el día de Navidad, San Esteban o incluso en cumpleaños comemos más de la cuenta y decimos aquella mítica frase de: “esta noche no voy a cenar”. ¿A nivel nutricional es recomendable no cenar en estos casos?
- En estos casos, más que compensar, lo ideal sería escuchar nuestro nivel de hambre o saciedad a la hora de elegir qué consumir en la siguiente toma. Es decir, si llegas a la cena y no tienes hambre, no tienes porque “obligarte” a hacer una ingesta. Pero si tienes hambre, realizar una ración de verduras junto con una proteína de calidad podría ser una buena opción.
- ¿Qué efectos nocivos para la salud nos pueden reportar las espectaculares comidas de Navidad?
- Una comilona de Navidad no va a tener directamente un impacto negativo para la salud. Lo que sí podría ocasionar son ciertas molestias digestivas: sensación de hinchazón abdominal, reflujo, exceso de gases, nauseas… Unas dolencias que puedes revertir si recuperas con normalidad tus hábitos alimentarios saludables.
- Después de estas fechas señaladas, ¿qué tipo de dieta nos recomiendas hacer para recuperar la línea?
- Si ya estabas en un proceso de mejora de tus hábitos alimentarios, te recomiendo que poco a poco vuelvas a esa rutina sin necesidad de realizar compensaciones ni nada especial.
- ¿Solo comiendo bien ya podemos bajar de peso o debemos combinarlo junto a otros hábitos saludables?
- En algunas ocasiones, solamente mejorando la calidad alimentaria es posible que podamos observar cambios en la composición corporal. En otros, a veces es necesario ajustar el aporte calórico a través de una pauta personalizada y con una buena rutina deportiva.
- Después de las navidades, ¿es recomendable hacer dietas severas para bajar de peso?
- Para nada. Ni después de navidades ni en ningún momento del año. Todo ese tipo de dietas extremadamente restrictivas suelen tener una fecha de caducidad corta porque no nos enseñan a comer de forma saludable.
- ¿Qué recomendaciones nos haces para llegar a las siguientes navidades en forma y evitarnos hacer dieta después?
- Trabajar con anterioridad tus hábitos alimentarios y así también lograr una buena relación con la comida.
- ¿Es normal pasar hambre cuando haces dieta?
- No tendría por qué ser normal ni tampoco recomendable.
- ¿Estamos a tiempo de llegar a la “operación bikini”?
- Toda estación del año es buen momento para cuidarse y mejorar nuestra alimentación.
- Por último, ¿qué nos vamos a encontrar cuando hagamos una sesión contigo en Oreka? ¿Nos pondrás las cosas difíciles?
- Mi intención en la consulta jamás va a ser poner las cosas difíciles al paciente. Como siempre digo, no se trata de que tú te adaptes a la dieta. Sino de que la dieta se adapte a ti (a tus gustos, necesidades, objetivos, preferencias…).
Además, trabajaremos diferentes herramientas de educación alimentaria que te ayuden a mantener tus nuevos hábitos alimentarios para siempre. Así como trabajar aquellas “barreras” que nos dificultan el proceso de cambio. También es importante que juntos abordemos esos mitos alimentarios que no te permiten disfrutar de los alimentos que te gustan.
Tampoco vamos a medir resultados exclusivamente con el peso. Sino que aprenderemos a valorar el proceso con otros factores de salud y sensaciones físicas y emocionales.